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Todos sabemos que la piel es el órgano más extenso y superficial del cuerpo, lo que es una ventaja y desventaja en sí misma. Se trata de un órgano muy inervado, vascularizado y sujeto a los cambios del sistema neurovegetativo. El órgano cutáneo responde a las emociones en distintas formas: puede recibir estímulos y estimular a la vez, es destino de descargas fisiológicas de ansiedad, malestares, preocupaciones y puede convertirse en el destino de diversas expresiones de la mente y el alma.
Muchas veces notamos que hay una asociación de algunos procesos cutáneos con determinados temperamentos, caracteres y patrones psicodinámicos.

Por ejemplo: la estimulación aumentada del sistema nervioso simpático produce enrojecimiento del cuello, dermografismo, sudoración, manos frías y otras manifestaciones que no llegan a ser verdaderas enfermedades. Esto también ocurre en el sentido inverso: las dermatosis pueden inducir dificultades y malestares mentales por su exagerada apariencia antiestética, malignidad o temor de contagio. Estas alteraciones pueden alcanzar el nivel de neurosis o psicosis generada por una severa alteración de la imagen corporal.
La piel es un órgano que, desde su origen embrionario, guarda una relación importantísima con el sistema nervioso central.

Cuando hablamos de psique puede tener diferentes connotaciones desde el punto de vista sociológico, filosófico, religioso y médico, entre otras.
Por esto mismo, hay que tener muy en cuenta los tratamientos a realizar, deben ser personalizados, teniendo muy en cuenta a las personas con una mirada holística, es decir las personas en su totalidad, y con los mejores productos. Te cuento que en éste sitio encontrarás valiosos consejos para el cuidado de la piel en cuanto a su salud y aspecto, así mismo de la salud mental y algunas reflexiones en lo concerniente a la vida diaria, las relaciones, conductas, pensamientos, así mismo reservar un turno para tu atención, y mucho más.