lic. maria maldonado

Tu cerebro es más poderoso que una sofisticada computadora a tu servicio.

Él responde con precisión a la forma cómo te hablas a ti mismo y a las preguntas que te haces.

Si te preguntas: - "¿Por qué soy siempre tan estúpido?", de inmediato tu mente te dará los argumentos que serán una respuesta satisfactoria. - 

"¿Por qué tengo tan mala suerte?", entonces tu mente te recordará todas las razones para sentirte desafortunado. 

O te enfocará en los aspectos difíciles y desagradables de tu vida. Si en cambio te preguntas: - "¿Qué hice mal?" o "¿Cómo hago para no repetir este error?", 

tu mente te ayudará a encontrar una salida constructiva. Los científicos e investigadores del comportamiento han determinado que las personas que logran 

mejores resultados se hacen ciertas preguntas ante las situaciones difíciles. Te puedes hacer preguntas que te debiliten o preguntas que te fortalezcan. 

Si ante un problema eliges alguna o varias de las siguientes preguntas, crearás confusión y emociones dolorosas. Ejemplos de preguntas que debilitan y no te ayudan: 

- "¿Por que a mí? - "¿Por qué soy tengo tan mala suerte?" - "¿Por qué a mí todo me sale mal?" - "¿Por qué le caeré mal a la gente?" 

- "¿Por qué a mí nadie me quiere o me comprende?" - "¿Por qué a mí me cuesta tanto aprender?" - "¿Cuánto me durará mi mala suerte?" 

- "¿Por qué a mí nunca me tienen en cuenta?" - "¿Por qué no me valoran?" o "¿Por qué a nadie le importa lo mío?" 

Todas éstas son preguntas que te inducen a generalizar o exagerar lo difícil y sobre todo a desconocer o menospreciar tus cualidades y recursos. 

Además notarás cómo las respuestas a estas preguntas te dificultarán la resolución de cualquier problema y, por encima de todo, 

generarán en ti autocompasión, aislamiento, culpa y resentimiento. Lo peor de todo es que te sentirás sin poder ante esa adversidad específica. 

Si en cambio eliges hacerte preguntas empoderadas o asertivas, tu mente se enfocará en lo que depende de ti, te ayudará a definir tu problema y tus recursos de una manera más constructiva. 

Estas preguntas te ayudarán a sentirte más fuerte y optimista, con más control en tus resultados. 

Ejemplos de preguntas con poder y que ayudan: - "¿Cómo puedo salir fortalecido de este problema?" - "¿Qué hice mal?" o "¿Qué error cometí?" 

- "¿Cómo puedo ganarme o acercarme a esta persona tan complicada?" - "¿Cómo puedo ganar el apoyo hasta de los más renuentes?" 

- "¿En qué áreas tengo que prepararme mejor?" - "¿Qué lección me deja este problema?" - "¿Qué cualidades o recursos tengo que me ayudarán a encontrar una salida?" - "¿Qué tiene de positivo esta situación? 

Hoy te invito a observar el poder de tus preguntas, a estar más consciente de tu propio lenguaje interior y a disfrutar de las diferencias...!!