Abuso verbal
Nunca es correcto gritarse, ofenderse, intimidarse o insultarse.
Empujar, golpear, zamarrear o patear a la otra persona de la rabia
Tratar de controlar el comportamiento de la otra persona Forzar a la otra persona a tener relaciones sexuales
Siempre debes tener el derecho a negarte a dar atención o afecto.
Amenazas
Si uno de los dos no obtiene lo que quiere, amenaza con lastimarse o lastimar a la otra persona.
Romper o lanzar objetos durante una discusión o pelea
Si tu relación está traspasando alguno de estos límites, la conducta debe frenarse de inmediato o la relación debe terminar.
Si estás teniendo problemas para terminar la relación, busca la ayuda de un adulto que se preocupe por tu bienestar.
Habla con alguien de confianza acerca de cómo ponerle fin a una relación abusiva de modo seguro.
Usa lo que has aprendido para tratar de que tu próxima relación sea mejor.
No hay excusas para el abuso
Nada de lo que digas o hagas es una razón para que te traten mal
Cuando las cosas se hayan calmado, puedes decirle a tu pareja cosas como éstas:
“No soporto que me insultes. No vuelvas a hacerlo”.
“No me vuelvas a tratar así. No merezco que me hagas esto”.
“Si estás enojado(a), dímelo y te podré ayudar. No sacas nada con gritar y decir groserías”.
“Si vuelves a tratarme así, se acabó todo entre nosotros”.
El obedecer no es respetar
Nada de lo que alguien diga o haga es un motivo para ser abusivo
Tú mereces que te amen y respeten. Usar la fuerza, el poder o el control solo hace que tú obtengas lo que quieres. Éste no es el modo de hacerte respetar.
Si dominas o maltratas a tu pareja es posible que obtengas lo que quieres, pero pierdes el respeto, el apoyo y el amor de tu pareja.
Si estás traspasando los límites, DETENTE.
Si no puedes detenerte, busca ayuda.
Un profesional puede ayudarte a controlar emociones como la ira o los celos y a evitar las conductas abusivas.
Al cambiar tu comportamiento, obtendrás el verdadero respeto, apoyo y amor que mereces.