Debemos tener presente que no es un problema superficial y en ocasiones incapacita.
El estrés puede provenir de situaciones rutinarias que, en un momento dado y debido a su acumulación, nos sobrepasan.
Carecer de tiempo para nosotros mismos, ir corriendo siempre para llegar a la escuela con los niños o, simplemente,
sufrir llamados continuos durante el día pueden ser los detonantes.
Tener ciertos picos de estrés es normal, pero cuando se convierte en algo rutinario, estamos ante un problema.
Los niveles de cortisol se disparan y nuestro hipocampo puede verse afectado hasta el punto de provocar daños en la memoria
eliminando parte de los recuerdos recientes.
Hemos de diferenciar el estrés y la ansiedad, el estrés tiende a durar un tiempo determinado y es la respuesta a una amenaza reconocida.
Los signos de ansiedad son similares, esta puede ser más duradera y a veces es complicado saber qué la desencadena.
Lo bueno es que, por suerte, ambas pueden controlarse. Consulta.