Empezar a adoptar principios de la filosofía minimalista en nuestra productividad, realmente puede ayudarnos a tener un poco más de tiempo en
nuestro día y liberarnos del estrés (que puede tener consecuencias graves en tu salud). Y es que hoy en día, trabajamos mucho en nombre de
la productividad, empujamos nuestros límites para lograr hacer más, y acumulamos prioridades en nuestra agenda como si fueran ofertas que no se pueden desperdiciar.
Desafortunadamente, de seguir con ese estilo de trabajo, terminaremos siendo personas infelices, no saludables y contradictoriamente improductivas.
Tal vez el secreto no es esforzarnos por hacer más, sino ir en la dirección opuesta: esforzarnos por hacer menos pero con más intención y efectividad.
Recuerda que muchas veces no se puede todo, y eso no te hace ni mejor, ni peor, elije tus batallas.