Tu cerebro no se oxigena bien, produces más insulina de la necesaria, se debilita la columna y pierde flexibilidad.
Pueden degenerarse los músculos, hay mala circulación en piernas, disminuye el ritmo cardíaco de tus funciones cerebrales.
Intenta pararte cuando puedas. Párate mientras asistes a reuniones u otras actividades sociales, mientras desayunas o mientras hablas por teléfono.
Apoyarse contra una mesa o una silla es menos perjudicial que permanecer sentado.
Pon prioridad a tu posición cuando puedas. Siéntate con los hombros hacia atrás y la mandíbula relajada.
Párate con los pies hacia delante, con la barbilla hacia abajo para alargar el cuello y aprieta los glúteos para neutralizar cualquier inclinación de la pelvis.
Y recuerda respirar conscientemente. Respirar profundo varias veces en su escritorio te ayuda a relajar los hombros y a aliviar la tensión que causa que
los músculos se pongan tensos, causando a su vez los dolores.
Estírate. Después de un período de tiempo sentado, estirarse te ayuda a descomprimir las articulaciones. Siéntate en el piso y pase tiempo
estirándose mientras miras televisión.
Párate y empuja en dirección opuesta a su escritorio para estirar sus tendones de corva y los músculos de las pantorrillas.
Estírate con los brazos hacia arriba para aliviar la tensión en los hombros y en el cuello.
Estas prácticas emplean los principios básicos del movimiento los cuales sirven para proteger las articulaciones y para limitar el movimiento de la columna,
la meta es mantener la columna y la pelvis en posición neutral al sentarse, pararse o caminar.
Teniendo más conciencia acerca de tu cuerpo y cómo te sientes, puedes tomar el mando de tu bienestar y
hacer todo lo necesario para mantenerte saludable y sentirse bien.