El miedo a volver a sufrir un abandono hace que negocien con sus principios y adopten actitudes de sometimiento.
Prefieren el sufrimiento de una mala relación al sufrimiento de la separación, así sea mejor y más adaptativo este último,
en tanto puede llegar a liberarlas.
La manifestación de este esquema es el pesimismo y la interpretación catastrófica al ver signos de abandono o desamor
donde no los hay.
En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "A mí siempre me abandonarán", "Nunca podré tener una relación estable", "Soy un perdedor en el amor",
"Yo soy responsable de que me abandonen". Entonces, la conclusión es: "No soportaría sufrir otro
abandono".
Si éste es tu caso o conoces a alguien que esté pasando por esto, no dudes en consultar a un profesional de la psicología.
Hay mucho por hacer y también mucho por mejorar si se comprometen a ello.