Muchas veces, vemos cosas o situaciones que no nos gustan de nosotros mismos, pero todavía no estamos
realmente decididos a movernos hacia el cambio, por miedo, por inseguridad, en fin, los motivos pueden ser diversos,
si no estamos decididos realmente a cambiar. Si es tu caso puedes intentar analizar si se trata de falta de claridad
respecto a los cambios que deseas en tu vida, a creencias limitadoras, aprendizajes desde niños, mandatos, que impiden
tomar la decisión o tiran en la dirección contraria, o bien, un tema de prioridades entre valores. Lo importante es que te preguntes:
¿Por qué sería bueno cambiar? ¿Para qué es bueno ese tipo de cambio? ¿Dónde me deja el seguir así, sin cambios?