A todo dicen que sí para evitar el estrés de la confrontación. El miedo al cambio y a sentirse forzadas a enfrentar una
nueva situación las hace negociar con cualquier cosa. Prefieren las estrategias de evitación a las
estrategias de resolución de problemas. Prefieren vivir mal a incomodarse para alcanzar una meta más saludable y digna.
La manifestación de este esquema es la negación del problema, el autoengaño y la represión de recuerdos negativos.
En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "No soporto sufrir", "Soy demasiado vulnerable",
"No tengo tolerancia a la frustración". Entonces, la conclusión es: "Soy una persona demasiado cómoda, no quiero sufrir una separación".
¿Dónde te deja esta situación “cómoda”?
¿Realmente crees que no puedes?