Padres o cuidadores miedosos en general. Miedo del futuro, de enfermedades físicas o mentales, hipocondríacos.
Centrados en las preocupaciones por temas de enfermedades, muy negativos; piensan todo el tiempo de una forma catastrofista y desesperanzadora.
Que tienen dificultades para regular las emociones. Son muy mentales, racionales, centrados en soluciones y no tanto en dejarse sentir las emociones.
Padres o cuidadores perfeccionistas. Todo han de tenerlo controlado, perfecto, ideal. No hay lugar para las emociones, hay lugar para el qué dirán
(mucha importancia a la apariencia) y la no vulnerabilidad, porque se juzga como mala y avergonzante.
Por tanto, hay un miedo al rechazo muy interiorizado.
Padres que juegan con la manipulación emocional, el victimismo y el chantaje, fuertes críticas a las reacciones emocionales.
Frases típicas: "Con todo lo que hago por ti. No se te puede decir nada, cuánto me haces sufrir”.
Estructura de personalidad predisponente a lo obsesivo. Cada uno tiene una personalidad y podrá ser más o menos propenso a desarrollar pensamientos obsesivos
Eventos traumáticos ante los cuales el cerebro no puede encontrar ninguna explicación racional y mucho menos procesar la experiencia emocionalmente.
Hay una falta clara de control para el individuo. Ejemplos de ello son los accidentes, maltrato, negligencia, pérdidas o fallecimientos, bullying, etc.