Muchas parejas se apresuran a reemplazar el “yo” por el “nosotros” y pierden su identidad hasta olvidar lo que cada uno quiere, siente o necesita.
Cada miembro del vínculo debe expresarse en toda su individualidad con toda sinceridad para que exista un “nosotros” que surja de cada “yo”.
Cuando callas por temor al abandono o a la contrariedad del otro, cuando no hablas desde vos, dejas de amar en primera persona.
Dejas de amarte a vos mismo, dejás de ser auténtico y eso termina siendo poco atractivo.