El sesgo de coste hundido se refiere a la toma de decisiones basada en lo que ya se ha invertido en un proyecto,
no en su rentabilidad actual. Se trata, por tanto, de un sesgo cognitivo cuyo origen es nuestra aversión a las pérdidas y a reconocer nuestros errores.
El problema principal reside en los procesos de toma de decisiones en que se encuentra implicada esa persona o proyecto al que se adscriben
nuestros esfuerzos pasados, a veces, titánicos y constantes. Pese a que no puede recuperar la inversión que supusieron, continuamos teniendo
presente lo pasado en el momento de asumir alternativas de cambio para la actualidad; ya que, solemos negamos a perder todo lo que en su día
costó, o a liquidar las expectativas que antaño nos motivaron a emprender lo que hoy dejaríamos atrás.
Piensa si en verdad vale la pena seguir con ese pasado.