Básicamente, la principal función del miedo es avisarnos de un peligro para poder ponernos a salvo.
El miedo nos permite ser conscientes de que existe un riesgo. Su mecanismo de base es bastante sencillo:
Nuestros sentidos captan diferentes señales del medio y estas son procesadas, fundamentalmente, por el sistema límbico.
Si este considera que existe un peligro potencial, desencadena una serie de reacciones fisiológicas que nos
permitirán actuar en consecuencia y en cuestión de pocos segundos.
Aunque no podemos (ni debemos) eliminar el miedo de nuestra vida, sí podemos aprender a convivir con el miedo,
a manejarlo y a evitar que bloquee nuestra vida o nos paralice.
Si es ésta tu situación, no dudes en consultarme y solicitar un turno.