Se considera que la asertividad es una conducta y no una característica de la
personalidad, por lo que se habla de asertividad como una habilidad en el campo de las
habilidades sociales. De ahí que es posible realizar un entrenamiento de la autoafirmación,
que permita mejorar las habilidades sociales de las personas.
Las técnicas asertivas se basan en el principio de que cuando una persona modifica sus actos,
también modifica sus actitudes y
sus sentimientos. Es posible desarrollar estrategias para cambiar la conducta, al margen de
posibles motivos inconscientes que conduzcan a ésta. Siendo así, la autoafirmación o
asertividad pueden ubicarse en el campo de la psicología conductista.
El comportamiento asertivo facilita que la persona se sienta más satisfecha consigo
misma y con las demás.