Se apoyan en la creencia de que expresar las emociones es una debilidad que debe ser evitada si quieren ser respetados o no salir heridos.
Paradójicamente a lo que parece, revelar nuestra vulnerabilidad sin vergüenza puede tener un efecto liberador y ser una declaración personal de seguridad, sensibilidad y valentía. Además, si los demás no saben que nos pareció molesto, injusto u ofensivo es probable que continúen haciéndolo. En general las situaciones que generan mayor dolor tienen que ver con situaciones en que nos sentimos rechazados, humillados, agredidos o avergonzados, siendo por este motivo importante que seamos capaces de aclarar cuando la conducta de alguien nos hace sentir así.